En los sistemas educativos de la región se demuestra menos interés por el desarrollo de competencias y capacidades matemáticas en el preescolar, que por las competencias de lecto-escritura. Una posible explicación de esta situación es que los educadores, padres e investigadores se preocupan menos por las destrezas cuantitativas de los niños durante los primeros años que por el desarrollo del lenguaje.